Hubo un gran maestro zen, llamado Ryokan.
Habitaba al pie de una montaña y vivía
una vida muy simple.
Un día, un ladrón entró en su casa, pero
no encontró nada que robar.
Mientras el ladrón estaba allí, el maestro
volvió y lo descubrió.
Dijo Ryokan: " Usted viajó una gran distancia
para venir a asaltarme. No puede irse con las
manos vacías." ¡Y le dio todas sus ropas y su manta !
El ladrón, completamente confundido, tomó
las ropas y desapareció.Después que él salió,
el maestro se sentó a la puerta de su casa
miró el deslumbrante claro de luna y pensó:
"¡Qué pena ! ¡ Hubiese querido darle esta
luna deslumbrante !"
Anthony De Mello.
Un alma grande.
ResponderEliminarUn abrazo.
gracias Armando. Un placer recibirte.
EliminarUn abrazo.
¡Feliz inicio de semana!
Es precioso y para reflexionar.
ResponderEliminarBesitos buena semana
Gracias por venir .A veces es necesario detenerse y pensar ...
EliminarBesos.
Que tengas una linda semana
Un precioso escrito, que nos muestra...El poder de la generosidad para elevarnos y hacernos grandes en espíritu, amiga...Cuanto más damos más libres y felices somos. La paz llega como una paloma, que nos abraza y nos llena de dicha...Mi gratitud y mi abrazo inmenso por esta preciosidad.
ResponderEliminarFeliz semana, amiga.
M.Jesús
Ay amiga ! qué bello comentario ! Cuando leo estos textos me siento tan chiquita. Esta es la generosidad de los seres elegidos.
EliminarMe alegra que te haya gustado.
Muchos besos.
¡Buena semana !
un bella historia para hacernos pensar en la vida y la generosidad.
ResponderEliminarUn beso
Ciertamente. Pienso igual que tú.
EliminarMuchos besos de miel.
¡Feliz semana !
Un alma generosa es el mejor equipaje de una gran persona.
ResponderEliminarFeliz día
Besos
Es verdad José Manuel.
EliminarGracias por estar.
Un abrazo.