y se metía al piano;corrió la espuma entre las teclas
y el agua por todas partes. Hacía ruido ese mar,
su hermoso ruido. Y junto al piano había una niña
mirando ; en paz, como si todo le resultara natural.
Yo estaba en el sueño con alguien más, creo que
un hombre pero no sé quién, sólo que era alguien
tan encantado como yo con el espectáculo.
La niña no se movía y le tomé una foto con mi teléfono.
Tengo el recuerdo vívido de que fui feliz en ese sueño.
Desperté sin zozobra, sin decepción del mundo, segura
de que había estado en un lugar extraordinario del que solo
yo sabría.Raro ese mar que entraba con ardor por la ventana.
Traté de contarles a otros la emoción de ese instante.
Me han oído, pero no he podido tocarlos
con la belleza que sentí.; el mar dentro de un cuarto,
preso y libre al mismo tiempo, brotando entre el piano,
y la niña envuelta en él. Como dibujada, inmutable e intacta.
Del libro "La emoción de las cosas "
de Angeles Mastretta.