En los tiempos de Tai Yuan había un pescador que vivía en Wuling.
un día, al subir río arriba con su barca, se encontró,
sin saber si había navegado mucho o poco,
en un bosque cuyas dos orillas aparecían cubiertas
de flores de melocotón, y de una profundidad
de cientos de pasos.
No se veían otros árboles, sólo un hermoso césped
de hierba fresca y olorosa, sembrado de pétalos
de flores de melocotón.
El pescador se extrañó mucho , y continuó remontando
el río para ver dónde terminaba el bosque. Mas en el linde
del bosque había un monte en el que , además
de nacer el río, se abría un estrecho pasadizo ,
rodeado de un halo de luz.
Apenas cabía, pero entró. Entre buenos campos
y hermosos planos de aguas poco profundas se levantaban
bonitas chozas.
Numerosos caminos llevaban a todas partes,
crecían múltiples tipos de bambú y muchas moreras.
Hombres y mujeres sembraban los campos
Todos estaban serenos y contentos. , tanto los niños
como los ancianos.
Se extrañaron al ver a nuestro pescador y comenzaron
a interrogarlo.
Pasó muchos días convidado y colmado de vino y de manjares
Cuando se despidió, le pidieron que no comentara nada
a la gente de fuera.
El pescador subió a su barca y se volvió. En la capital
del distrito lo relató todo minuciosamente al gobernador.
Este mandó mensajeros para que encontraran el lugar
descrito. Pero se perdieron por el camino y no lo encontraron.
Dicen que el sabio del Sur ,emprendió una vez la búsqueda
pero antes de tener éxito se puso enfermo y murió.
Desde entonces, nadie ha preguntado por el camino.
Texto tomado del libro "TAO TE KING"